ESCRITO POR UNA NIÑA: GLORIA FUERTES.
Antes de que existiera el hombre
la tierra era una piedra,
era una piedra redonda
como una manzana,
- como una manzana sana -.
Reinaba un silencio de piedra.
El hombre ha matado el silencio.
Un día nació el agua,
otro día nació el alga.
Una noche nació el bosque,
los frutos del bosque perfumaban,
y aparecieron bellos animales
en la tierra que salían del agua.
El hombre ha matado el agua.
Ahora los niños vivimos en ciudades
mis abuelos dicen que cuando eran pequeños
salían de paseo a “tomar el aire”;
ahora encerrados en los pisos
cerramos las ventanas
para “no tomar el aire”.
No tenemos sitios donde jugar,
ni campos ni jardines,
peligrosa es la calle,
- coches, fábricas rodean el barrio -.
El hombre ha matado el aire.
La naturaleza es muy sabia, más de lo que nos imaginamos. En la naturaleza
no existen basuras: todo se aprovecha, todo se recicla y si no fuera así, no
existiría la vida.
La finalidad del proceso de reciclaje es conseguir que algo considerado
fuera de uso vuelva a recuperar su utilidad. Esto tiene muchas ventajas:
ayudar a evitar el agotamiento y el elevado coste de reservas naturales,
evitando la destrucción de los espacios naturales dedicados a vertederos y
ahorrando energía.
Es importante que todos contribuyamos en este proceso, separando los
residuos en sus distintos contenedores; esta actitud debe desarrollarse
desde los primeros años de vida, tanto en el ámbito familiar como en el
escolar.
Es necesario enseñar a los niños/as a utilizar los materiales de forma
adecuada, aprovechándolos, cuidándolos y reutilizándolos. El material más
utilizado durante la etapa escolar es el papel. Este puede ser elaborado de
la madera o de papeles viejos, este último se llama papel reciclado. Con una
tonelada de papel viejo recuperado se salvan de la tala 15 árboles.
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